Por los por el 84, después de una corta introducción con Guillermo Arraya, hablo con mi papá para que me llevara con un entrenador Argentino que estaba en la academia de Alfredo Acuña, el cual cambiaria mi vida para siempre y la de muchos.
Daniel Spatz, revolucionó la forma de ver el tenis para muchos que hasta la actualidad acá en el Peru; querido por muchos, criticado por otros, solo los que tuvimos la suerte de estar a su lado sabemos que Daniel es un Estudioso del Tenis, solo había que escucharlo para que tu sangre hirviera y salieras “como una Fiera”, siempre con Humildad, y ganas de aprender, un Motivador por excelencia. Del 100% de alumnos el 95% por no decir el 100% obtuvimos un nivel de tenis que nos permitió aplicar a una beca en el extranjero, cifra que aun no es superada.
La disciplina era básica en un mundo tenístico de engreídos hijitos de papá que jugaban al tenis con seudo-entrenadores y hacían lo que querían con ellos, donde los padres se metían a la cancha a decirle al “profesor” lo que tenía que hacer, un mundo donde simplemente estornudabas y todos se resfriaban. Tenía que ser así, era la única forma, había que pedir permiso para tomar agua, si no te movías en la cancha y parecías una momia, eran 20 planchas, si estabas sin actitud, eran 20 planchas y 10 saltos al pecho o te mandaba a correr…… PRECENCIA ¡!!! Decía, palabra que envolvía todo lo que él pedía.
En aquella época era un Daniel de veinti tantos años, saco lo mejor de muchos, incluyéndome, sus palabras eran fuertes pero eran las correctas, era duro, pero venían con un consejo, era impulsivo, pero nunca con mala intención, al malo lo hacía bueno, al bueno lo hacía grande, y al grande lo hacía aterrizar para que o vuele mucho porque la inmadurez te podía ganar…….. Una de sus palabras mágicas era HUMILDAD facultad que carecen muchos que creen saberlo todo.
Comprendimos a los 16 años que la única forma de llegar a lo que uno quería era entrenando, poniéndote un objetivo y luchar por eso, que si te cuesta lo aprecias mas, que en un deporte competitivo sea cual sea, si sabes que el oponente es mejor que tú y sabes que vas a perder …. Que no sea en 15 minutos sino en 6 horas, dar el todo por el todo, dar hasta el 300%.
En lo personal, hasta el día de hoy, cada vez que tengo problemas o me encuentro en situaciones difíciles, brota aquel entrenamiento donde tienes que sacar todo de ti, donde sobrepasar tus limites te puede hacer volar y hacer cosas increíbles, donde no existe un “me rindo” sino, que existe un “VAMOS ¡!!!!!!!!!” donde hay que buscar a todas las bolas y no dejar de correr hasta el segundo bote.
Si tuviera que escribir mas sobre Daniel necesitaría todo un libro…. solo me queda decir GRACIAS MAESTRO, COACH, AMIGO, HERMANO, te quiero mucho